



Hoy hemos podido visitar las villas de Weilburg y Limburg, donde hemos podido apreciar la fina calidad de la cerveza Weilburger, en sus versiones Kristal y tostada.
Una maravilla, esto de sentarse en una terraza a la orilla del Lahn y disfrutar del sol y los cisnes mientras la weilburguer fresquita corre por tu garganta. No se puede uno ir de esta villa sin visitar el castillo/palacio y dar un paseo por el parque a orillas del rio.
Limburgo, poco se puede decir de esta ciudad surcada por el Lahn, su casco antiguo es una maravilla medieval que no podemos dejar de visitar para subir hasta la parte mas alta de la ciudad donde una pedazo de catedral (cristiana) nos aguarda, al abrigo de sus muros podréis dar rienda suelta avuestra cámara siempre con el debido respeto a un lugar de recogimiento y oración como es este sacro sitio. No se puede uno ir sin visitar el cementerio…
Ya en la parte moderna visitar el centro de la city donde multitud de tiendas os aguardan.